CASO 1, SARA (9 años y 10 meses): P. I
ÁMBITO FAMILIAR:
- Ser más positivo con ella, no decirle siempre lo mal que ha hecho las cosas y buscar aspectos buenos para resaltarlos.
- Dar responsabilidades, hacerla ver que confiáis en ella.
- Será prioritario el apoyo a nivel emocional y social. El mensaje importante que debemos trasmitirle es que Sara no es tonta, ni torpe solo que necesita aumentar su atención, esfuerzo y autonomía.
· Es importante hacerla sentir que se le quiere aunque tenga dificultades. No compararla nunca
con otro niño: amigo, hermano...Cada niño es distinto con defectos y cualidades; no generemos
en Sara problemas emocionales secundarios. La competitividad debe ser sobre todo de sí
mismo.
- La dificultad es no pasar a la sobreprotección, al “todo vale”. Pero la guía es tener clara la escala de valores en la que se desenvuelve el niño, la situación de partida será el esfuerzo realizado.
- Dedicarla tanto el padre como la madre unos minutos al día “de amigos” para que os cuente sus cosas.
- En cuanto al estudio, es importante que valore sus capacidades. Guiarla en el estudio ayudarla en su planificación, pero no hacerla las tareas.
- Se deben marcar metas pequeñas que seamos conscientes puede llegar con poco esfuerzo para conseguir el refuerzo positivo y así irla motivando y graduando la dificultad.
ÁMBITO ESCOLAR
Pautas generales que pueden mejorar las actitudes de Sara y ayudarla a optimizar su proceso de aprendizaje:
- Ubicación en clase, cerca del profesor y sentada con algún alumno que pueda actuar de co-tutor
- Atención individualizada siempre que sea posible. Hágala saber que puede preguntar sobre lo que no comprenda y esto no implica ser más tonta que los demás.
- Darla responsabilidades: borrar la pizarra, ir a por tizas, cerrar la puerta cuando se van todos al recreo...
- Reforzarla positivamente los avances por pequeños que sean. Es fundamental hacer observaciones positivas sobre su trabajo, sin dejar de señalar aquello en lo que necesita mejorar y está más a su alcance. Hay que elogiarle y alentarle siempre que sea posible
- Estructurar los tiempos, en la ejecución de cada tarea y supervisar constantemente.
- Fragmentar cada actividad en pequeños pasos y retroalimentelo inmediatamente al concluir cada parte.
- Adaptar las tareas para perseguir el éxito y generar su motivación. Proponer actividades adecuadas a su nivel. Comenzar por actividades altamente estructuradas, basándose en lo que puede hacer y no en corregir sus deficiencias
- Asignar algo que tenga la seguridad de que lo hará bien. En este punto, lo que más importa es que comparta con sus compañeros y no la eficiencia en la tarea.
- Proponer una actividad donde ella pueda ayudar a alguno o varios de sus compañeros. Esto la hará sentirse útil y que tiene un lugar en el grupo.
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